Poco antes de las 6:00, el euro se negociaba a 1,2993 dólares en el mercado cambiario japonés, frente a 1,3082 al cierre del viernes en Nueva York. En la sesión llegó a caer a 1,2954 dólares, su mínimo nivel desde fines de enero.
Por el lado de las bolsas, el índice Nikkei de los principales valores de la plaza de Tokio cerró con una fuerte caída de 2,78%, respecto al cierre del viernes.
Sídney cayó 2,19% y Seúl 1,64%. Hong Kong cedía 2,64% poco antes de las 6:30.
Los inversores parecían temer por el futuro de las medidas de austeridad instauradas en Europa en los últimos meses para luchar contra una crisis de endeudamiento inédita.
Este lunes, las obligaciones de deuda de Francia a diez años de plazo se distendían sin embargo en la apertura de los mercados, antes de estabilizarse, sin dar señales de nerviosismo.
En Francia, François Hollande se convirtió el domingo en el primer presidente socialista en 17 años tras un voto de sanción contra el presidente saliente, el derechista Nicolas Sarkozy, y aboga por una reorientación de la política europea, que haga más hincapié en el crecimiento.
La elección de Hollande conlleva «riesgos de tensión en la relación franco-alemana», estimó Hiromichi Shirakawa, del banco Crédit Suisse, y subrayó que el nuevo poder socialista en Francia podría exigir mayor implicación directa del Banco Central Europeo frente a la crisis.
«Si Alemania se queda claramente aislada, surgirán dudas sobre el futuro de la eurozona y algunos pueden dejar de invertir en el euro, al menos temporalmente», añadió.
En Grecia, donde arrancó la crisis presupuestaria que sembró el pánico en la Eurozona, la austeridad aplicada desde hace dos años por presión de los proveedores de fondos internacionales ha sido rechazada masivamente por los electores, que han privado de mayoría absoluta a los dos partidos proeuropeos que son favorables a seguir aplicando el plan de austeridad.
Los partidos opuestos a una intensificación de los ajustes, de la izquierda radical a los neonazis, acaparan 151 escaños del Parlamento griego, es decir tienen juntos la mayoría absoluta.
«Las elecciones griegas podrían generar más inestabilidad (…). Habrá llamamientos para calmar las reformas de austeridad. Esto tendrá consecuencias negativas para el euro si Alemania mantiene al mismo tiempo su política rigorista», subrayó el National Australia Bank.
Numerosos inversores podrían mostrarse prudentes mientras se perfilan los nuevos contornos de la política financiera europea.
Luca Jellinek, del Credit Agricole, no espera una subida brutal de los intereses de los bonos del Tesoro francés porque «Hollande llevaba tiempo encabezando los sondeos» y su elección estaba en parte prevista.
Los rendimientos de los títulos de deuda soberana de Francia iniciaron la sesión a 2,798%, frente a 2,809% al cierre del viernes, y a las 06H10 GMT se situaban a 2,810%.
Y las obligaciones griegas «se negocian ya a niveles equivalentes al default, por lo cual las elecciones en ese país no deberían influir mucho en esos títulos», dijo Jellinek.
«Lo importante será comprobar si la inestabilidad política griega provoca tensiones en las obligaciones de otros países europeos periféricos», añadió.
Los operadores van a estar muy atentos a cualquier amenaza real o percibida como tal contra los planes draconianos de reducción de los déficits anunciados estos últimos meses en varios países de la eurozona.
Esos temores, conjugados a los malos datos del empleo en Estados Unidos, seguían empujando a la baja los precios del petróleo.
Este lunes por la mañana, el barril de West Texas Intermediate (WTI, designación del «light sweet crude» negociado en Estados Unidos) para entrega en junio perdía 1,45 dólares, a 97,04 dólares.
Y el barril de Brent del Mar del Norte, también para suministro en junio, bajaba 1,48 dólares a 111,70 dólares.
Fuente: El Deber
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