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La Academia celeste está en el umbral

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Bolívar ganó (2-1) al Junior

Al cuadro boliviano le hacen falta tres puntos para asegurarse el pase, una misión posible para llegar a diez unidades suficientes para lograrlo. Por eso la victoria de anoche en el Hernando Siles es valiosísima, más allá de cómo la consiguió. Había que ganar “a como dé lugar” y esos tres puntos metidos en el bolsillo son —a no dudarlo— de verdadero oro.

Bolívar tuvo la virtud de jugar un buen primer tiempo y de casi haber resuelto el partido en esa primera mitad con los dos golazos, de Álvarez y Campos, que hicieron suponer que el encuentro podría acabar con un resultado más abultado.

Queda para la reflexión lo que ocurrió en el segundo tiempo, la manera cómo el cuadro celeste se dejó estar y permitió —le regaló largos pasajes al rival— que Junior reaccionara, aminorara la diferencia y le pusiera un suspenso innecesariamente permitido por el local, a la recta final del cotejo. Uno, el mejor, fue el Bolívar de las buenas jugadas, bien hilvanadas, y de la cantidad de opciones de gol creadas en los 45 minutos iniciales.

Utilizó diversos métodos para inquietar al golero Viera, pero el mejor —porque Ferreira no entró inspirado y además jugó un poco solo— fue el disparo de media distancia. Por esa vía llegó la apertura. Fue un tremendo disparo de Álvarez (31’) para clavar la pelota, con un derechazo, en el ángulo derecho del Junior.

Ese tanto no fue otra cosa que la consecuencia de todo lo que la Academia había insinuado ofensivamente: Campos, Ferreira, Arce, tuvieron sendas ocasiones antes. Vino el segundo con otro bombazo, ahora de Campos, cobrando de manera magnífica un tiro libre (40’).

El Bolívar del segundo tiempo fue otro, aburrido, confiado, por más que hubiera tenido ocasiones para liquidar al Junior. La pelota no entró. Vino la reacción colombiana, el disparo de Ruiz (68’) que venció a Argüello, y la posibilidad a la que se aferró el Junior para intentar el empate. No tuvo —menos mal— mayor fuerza el de Barranquilla. Y Bolívar tuvo un final feliz. Falta poco para avanzar.

Los datos

Ocho veces

La superioridad de Bolívar fue amplia en el primer tiempo: tuvo ocho ocasiones claras y convirtió dos goles. Junior prácticamente no se acercó al arco defendido por Argüello.

Pequeño lío

Fue el momento de más tensión: Arce cayó al suelo y uno de los colombianos le recriminó por supuestamente fingir una falta. Hubo empujones de ambos bandos.

El ‘Conejo’

Arce fue el mejor, pero le faltó el gol. Cerca del cierre tuvo dos grandes chances y falló por poco.

La figura – Juan Carlos Arce

Lo único que le faltó al delantero fue convertir un gol. Estuvo infatigable, habilidoso, veloz, así derrumbó las paredes defensivas del Junior.

El árbitro – bien

El peruano Rivera controló sin sobresaltos. Dirigió de cerca y con buen tino. Hubo algún rato de tensión que lo sacó a flote sin ningún problema.

Venciendo a la Católica, el pase estará asegurado

A Bolívar le quedan dos partidos para completar su cupo de la llave 3, ambos con los equipos chilenos: primero visitará a Unión Española y después recibirá a Universidad Católica. Después del resultado de anoche (2-1), el colombiano Junior quedó virtualmente eliminado y entonces la carrera por los dos pases se reduce a tres equipos.

Bolívar, que irá a ganar a Chile, puede darse el lujo de perder ese partido ante Unión Española si después derrota a la Católica en La Paz, pues con ese resultado (una victoria) sumaría los tres puntos que le faltan para clasificarse a la siguiente instancia.

Cabe recordar que a Universidad Católica le quedan tres cotejos por jugar, si ganara todos entraría a octavos (12), pero si Bolívar le vence en Miraflores se quedaría con nueve y el cuadro boliviano haría diez, y adentro. El asunto podría ser más fácil para Bolívar en caso de que a Católica le vaya mal en los dos siguientes partidos: el 28 de marzo contra Unión Española y el 5 de abril ante Junior en Colombia. El próximo partido de la Academia será el 10 de abril en Chile.

Lorgio, van 30 cotejos y un gol

Copero

Lorgio Álvarez se dio el gusto de anotar su primer gol copero jugando anoche su partido número 30 de la Libertadores de América con elencos nacionales. No hay que olvidar que en el exterior vistió varias camisetas y con algunas de ellas se exhibió también en la Copa.

Campos, van tres

Jhasmani Campos jugó su partido de Copa número diez y convirtió su tercer tanto en este torneo (los dos anteriores los había conseguido con la camiseta de Oriente Petrolero).

Debutante

El mediocampista Damir Miranda debutó en la Copa Libertadores de América, pero no entró con todas las luces: un minuto después de ingresar soportó una tarjeta amarilla.

Escasez de gol

Hace más de veinte encuentros, y varios años de esta Copa Libertadores, que Bolívar no consigue anotar más de dos goles en un encuentro: la última goleada sucedió en 2005 cuando le ganó a Santos por cuatro a tres.

Tres puntos – Lorenzo Carri

Al sumar de a tres —como dicen los jugadores con tanta elegancia— y soñar con diez, Bolívar quedó conforme. Pero el equipo que tanto empata en el torneo de entrecasa no aprovechó una ventaja indiscutible tras el primer tiempo y fue la otra cara de la medalla en el segundo. En la parte inicial tuvo visos de equipo armado, y en la parte complementaria apostó a no entenderse. Ganó los tres puntos, es cierto, y lo de anoche será olvidado rápidamente.

El gol tardó treinta y un minutos en llegar, sin embargo ya flotaba en el aire. Porque a los 4 minutos no pudo Jhasmani Campos; a los ocho, Ferreira; a los veinte Arce, que se apuró en la definición.

Pero Bolívar se movía cómodo, atacaba por derecha y por izquierda —aunque Ferreira seguía bastante solo, esperando balones largos— y, lo que más tranquilizaba al local, Junior empezó veinte ataques y no llegó prácticamente nunca. El arquero Viera había estado atento, pero dos remates preciosos acabaron con él. Primero fue Lorgio Álvarez, desde veintitantos metros, y luego, casi desde la misma distancia, Jhasmani Campos con un tiro libre de zurda.

El gol tardó media hora, pero Junior sabía que iba a llegar. Bolívar —que se quedó rápidamente sin Ferreira en la segunda parte— le dio permiso a Junior, y los rojiblancos, ya sin Giovanni Hernández, ganaron el medio terreno, marcaron muy bien y llegaron mucho más.

Bolívar, que ganaba sin susto, fue otra cosa, de mandar en el terreno pasó a correr detrás de la pelota, ensayó largos envíos y por eso mismo rifó mucho. Junior embocó con un sorpresivo disparo de Ruiz, y los veinte minutos finales no fueron cómodos para el dueño de casa: aunque, irónicamente, pudo ganar por mayor diferencia: Cardozo tuvo dos oportunidades inmejorables (la primera con un gran pase de Arce) y no definió bien.

Fuente: La Razón

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