Esta medida fue adoptada el 7 de febrero por la cámara baja del Parlamento (la Duma) y aprobada por el Consejo de la Federación (cámara alta) el 22 de febrero, según un comunicado colgado en el sitio del Kremlin.
Para condenar al autor de un crimen sexual a la castración química, un tribunal deberá basarse en exámenes médicos.
Esta ley, que refuerza las sanciones contra los pedófilos, prevé también una pena que puede llegar a la cadena perpetua para los reincidentes.
Más de 9.500 crímenes sexuales fueron cometidos en 2010 contra menores en Rusia, según las últimas estadísticas oficiales disponibles.