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¿Cómo se recibe el Año Nuevo? Las cábalas y rituales que se usan para atraer prosperidad, fortuna y amor

Cada vez que llega un nuevo año millones de personas alrededor del mundo apelan a una diversidad de rituales y cábalas para renovar sus sueños, esperanzas y anhelos.

Entre los más populares está la tradición de comer 12 uvas, una por cada mes del año, mientras se pide un deseo profundo que represente los anhelos del corazón. A la medianoche, el sonido de las copas brindando con champán anuncia el inicio de un ciclo lleno de sueños.

Las cábalas no se limitan a las uvas. Algunos corren alrededor de la casa con una maleta con la esperanza de que el nuevo año traiga viajes y aventuras a lugares soñados o inesperadas. Otros lanzan lentejas al aire, símbolo de prosperidad y abundancia o suben escaleras buscando estabilidad laboral o cuentan billetes a la medianoche, guardándolos en bolsillos y zapatos, en un gesto que llama a la riqueza y la fortuna. 

Entre las más curiosas está la costumbre de meterse bajo la mesa con la ilusión de encontrar pareja durante los próximos 12 meses. Cada gesto, por pequeño que parezca, se realiza con fe y emoción como un puente simbólico entre los deseos y la realidad que se espera construir.

Sin embargo, existen tradiciones que se recomiendan no practicar en Año Nuevo, como barrer o limpiar la casa, porque se “barre” la suerte. Además, lavar ropa podría “lavar” la prosperidad y discutir o pelear, porque atrae la mala energía para el año que inicia. 

El color de la ropa también habla por sí mismo en estas celebraciones. La mayoría opta por el blanco, asociado a la paz, la armonía y la tranquilidad que todos desean iniciar el año. La atención también se centra en la ropa interior, que se convierte en uno de los protagonistas de los días previos a la celebración. Los colores más buscados son amarillo, verde y rojo. El amarillo, ligado a la prosperidad y la riqueza es el más vendido, el rojo simboliza el amor y la pasión y el verde para la salud y el equilibrio. Cada color, cada prenda, refleja la fe de quienes esperan que la simbología transforme sus deseos en realidad.

Muchas personas realizan la  q’oa, un ritual ancestral andino que combina gratitud y petición, invocando la buena energía para cerrar un ciclo y abrir otro lleno de oportunidades. 

Estos actos, que combinan superstición, fe y celebración, demuestran que la emoción de recibir un nuevo año trasciende la edad, la cultura o la ciudad. Año tras año, estas tradiciones se mantienen vivas, adaptándose a los tiempos, pero conservando su esencia: soñar y pedir para la esperanza se renueva.

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