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Guarderías caninas en la mira: tras denuncias exigen normas para evitar maltrato animal

Rescatistas, autoridades y defensores del bienestar animal han reactivado el pedido de una normativa clara para regular el funcionamiento de guarderías caninas y hoteles para mascotas en el departamento de Cochabamba. Advierten que actualmente no existen estándares mínimos establecidos para el control de estos espacios, lo que pone en riesgo la seguridad y salud de los animales.

“Un cuidador no puede ser solo alguien con afinidad por los perros, debe tener formación profesional. Además, se necesita dividir por tamaño, garantizar espacios suficientes, instalar cámaras con sonido y asegurar condiciones óptimas en cada área”, explicó la rescatista y fundadora del refugio Gamaliel y Narices Frías, Claudia Martínez.

Desde el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, el jefe del Departamento de Zoonosis, Diego Prudencio, informó que el municipio tiene competencias limitadas. “Nuestro rol se vincula a casos de maltrato y trato cruel. No podemos inspeccionar aspectos técnicos o sanitarios; eso corresponde al Senasag”, afirmó.

El municipio ha convocado a un comité consultivo que incluye al Senasag, al Colegio de Veterinarios y a otras instituciones, para abordar avances en la fiscalización efectiva, con el objetivo de establecer procedimientos conjuntos. 

“Se trata de definir hasta dónde llega cada entidad. No queremos caer en usurpación de funciones, pero sí dar pasos hacia un control real y sostenible”, señaló Prudencio. También indicó que se trabaja en una base de datos de todos los establecimientos veterinarios, incluidas guarderías, para facilitar futuras inspecciones.

La falta de coordinación entre instancias como el Senasag, municipios y policía también ha sido criticada por rescatistas, quienes denuncian que las inspecciones solo se realizan cuando hay denuncias visibles en redes sociales. “¿Qué pasa en Vinto o Quillacollo? La mayoría de estos hoteles está allá, donde no hay supervisión alguna. No puede ser que la ley se cumpla solo en Cercado”, reclamó Martínez.

Aunque algunas guarderías caninas reciben elogios en sus páginas de redes sociales por su atención, los defensores del bienestar animal insisten en que los riesgos son reales. Recientemente, se difundió un video donde se observaba el maltrato a un perro por parte del trabajador de una guardería canina. 

El caso fue denunciado por la propietaria de la mascota, quien expresó sentirse decepcionada por la falta de regulación. “Para algunos, es solo un perro. Para mí es parte de mi familia. Y merece justicia”, declaró.

Mientras tanto, la reglamentación de estos establecimientos sigue sin avances. Ante el vacío legal y sin normas claras, el bienestar animal depende de la voluntad de los dueños de emprendimientos como las guarderías, veterinarias y otros. 

 

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