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¿Quienes son los cardenales llamados a elegir al nuevo Papa?

Los 133 cardenales electores que entrarán en el Cónclave para elegir al 267º Pontífice proceden de 71 países de los cinco continentes. Hay dos purpurados que no participarán, por lo tanto enrarán en el Cónclave 133. Están representadas 17 naciones de África, 15 de América, 17 de Asia, 18 de Europa y 4 de Oceanía.

Por primera vez, 12 Estados, de un lado al otro del planeta, cuentan con cardenales electores autóctonos: de Haití, el cardenal Chibly Langlois; de Cabo Verde, Arlindo Furtado Gomes; de la República Centroafricana, Dieudonné Nzapalainga; de Papúa Nueva Guinea, John Ribat; de Malasia, Sebastian Francis; de Suecia, Anders Arborelius; de Luxemburgo, Jean-Claude Hollerich; de Timor Oriental, Virgilio do Carmo da Silva; de Singapur, William Seng Chye Goh; de Paraguay, Adalberto Martínez Flores; de Sudán del Sur, Stephen Ameyu Martin Mulla y de Serbia, Ladislav Nemet.

En total, se reunirán en la Capilla Sixtina 53 cardenales europeos, 37 americanos (16 norteamericanos, 4 centroamericanos y 17 sudamericanos), 23 asiáticos, 18 africanos y 4 oceánicos.

Nuevos electores

El cardenal elector más joven es el australiano de adopción Mikola Bychok, de 45 años, originario de Ucrania, obispo de la eparquía de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne de los ucranianos y el más anciano es el español Carlos Osoro Sierra, de 79 años.

Los más numerosos son los nacidos en 1947, hay 13 entre los que emitirán su voto, con 78 años cumplidos o por cumplir. Sólo el cardenal Baldassare Reina es de 1970, con lo cual cumplirá 55 años el 26 de noviembre. Mientras los cardenales Leo Frank, de 1971, y Rolandas Makrickas, de 1972 no tienen coetáneos.

Veteranos del Cónclave son los cinco cardenales creados por san Juan Pablo II: el francés Philippe Barbarin, el croata Josip Bozanić, el húngaro Péter Erdő, el bosnio Vinco Pulić y el ghanés Peter Turkson.

Hay, en cambio, 22 electores que recibieron el birrete cardenalicio de manos de Benedicto XVI y 108 que lo llevan por haberlos elegido Francisco.

Votación

Para elegir válidamente a un nuevo Papa se requiere una mayoría de dos tercios de los electores presentes. Si el número total de electores no es divisible por tres, es necesaria una votación adicional (párr. 62 UDG).

Si la votación comienza la tarde del primer día, sólo habrá una votación; sin embargo, en los días siguientes, se realizarán dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.

Los procedimientos de votación se detallan en Universi Dominici Gregis, incluyendo disposiciones para los electores que se encuentren indispuestos y necesiten votar desde sus habitaciones en la Domus Sanctae Marthae.

“Tras el recuento de votos, se queman todas las papeletas”

¿Qué pasa si no hay mayoría necesaria?

En caso de que los electores no lleguen a un acuerdo sobre un candidato tras tres días de votaciones no concluyentes, se permite una pausa de hasta un día para la oración, la libre discusión entre los votantes y una breve exhortación espiritual del Cardenal Protodiácono (Cardenal Dominique Mamberti).

Posteriormente, se reanuda la votación y, si no se produce ninguna elección tras siete votaciones adicionales, se hace otra pausa. Este proceso se repetirá tras otras siete votaciones fallidas; en este punto, el cardenal Camarlengo consultará a los cardenales sobre cómo proceder.

Es importante señalar que el artículo 75 de la Universi Dominici Gregis fue modificado por el Motu Proprio emitido por el Papa Benedicto XVI el 26 de junio de 2007, que restableció la regla tradicional que requería una mayoría de dos tercios de los electores presentes para una elección válida del nuevo Pontífice. Esta regla también fue confirmada en el Motu Proprio emitido por el Papa Benedicto XVI el 25 de febrero de 2013, que especificó que los votos deben calcularse sobre la base de los electores presentes y votantes.

¿Qué ocurre tras la elección?

Una vez realizada la elección, el último de los Cardenales Diáconos llama a la Capilla Sixtina al Secretario del Colegio Cardenalicio y al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias.

El Decano del Colegio, en nombre de todos los electores, pide el consentimiento del candidato elegido con las siguientes palabras: «¿Acepta su elección canónica como Sumo Pontífice?».

Una vez recibido el consentimiento, pregunta: “¿Qué desea que le sea dado?”

Las funciones de notario, con dos Oficiales de Ceremonias como testigos, son desempeñadas por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, que redacta el documento de aceptación y registra el nombre elegido.

A partir de este momento, el candidato elegido adquiere la plena y suprema autoridad sobre la Iglesia Universal.

Posteriormente, los cardenales electores rinden homenaje y juran obediencia al nuevo Pontífice y dan gracias a Dios. Así, el Cardenal Protodiácono anuncia a los fieles la elección y el nombre del nuevo Obispo de Roma con la famosa frase: “Annuntio vobis gaudium magnum; Habemus Papam”.

Inmediatamente después, el Santo Padre pronuncia la Bendición Apostólica Urbi et Orbi desde la Logia de la Basílica de San Pedro. El último paso requerido es que, después de la solemne ceremonia de inauguración del Pontificado y dentro de un tiempo adecuado, el nuevo Papa tome posesión formalmente de la Archibasílica Patriarcal de San Juan de Letrán, según el rito prescrito.

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