Investigan posible intoxicación alimenticia de 42 estudiantes en Pando

De acuerdo con el reporte del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Pando, el jueves atendieron a 42 estudiantes por un cuadro de supuesta intoxicación alimenticia. Según indicaron los médicos, los afectados se encuentran estables; sin embargo, ya se iniciaron las investigaciones del caso.

El hecho se registró en la localidad Genechiquia, comunidad indígena Esse Ejja del municipio de San Lorenzo. Justo cuando personeros de “Médicos del mundo” ofrecían una capacitación e invitaron como merienda refresco de copoazú y majadito, además de dulces y galletas.

El director del Sedes de Pando, Danny Hugo Mendoza, explicó que se “logró la contención del problema de salud de los estudiantes, se los estabilizó. Los médicos atendieron a un total de 42 pacientes”. 

Es más, la autoridad sostuvo que “llegaron a la conclusión de un diagnóstico de dispepsia por ingesta de alimentos, que los síntomas son dolor en la parte superior del estómago, náuseas, vómitos, hinchazón del estómago, síntomas que los alumnos presentaron, ya que, por el exceso de vómitos, algunos incluso se desmayaron”

Ahora el dirigente y padre de familia de uno de los estudiantes, Guido Tirina, exige que el caso sea investigado y se castigue al o los responsables por este hecho. 

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Gene Simmons, el demonio de Kiss y una vida llena de excesos y oscuridades

“Yo vivo para ganar más dinero. Los que dicen que el dinero es la raíz de todos los males son unos imbéciles, la falta de dinero es la raíz de todos los males”. Gene Simmons, el demoníaco bajista de Kiss, es la encarnación del sueño americano, un auténtico self made man, un fundamentalista del capitalismo. No tiene problemas en confesar -como le dijo a la BBC en la frase que abre esta nota- que a esta altura de su vida lo mueven más los negocios que la música: a los 73 años amasó una fortuna de USD 300 millones.

Simmons nació como Chaim Witz en Haifa, Israel, en una familia muy pobre. Su madre, Flora Klein, era apenas una adolescente en Hungría cuando los nazis la llevaron junto con toda su familia al campo de concentración de Ravensbruck. Ella misma dejó su testimonio de aquel tiempo de horror: “Viví en el bloque 21 y trabajaba en los campos, recolectando papas. Llevaba ropa vieja con una cruz blanca pintada en la espalda”. Allí presenció un hecho traumático, el traslado de su madre, Ester Blau, a la cámara de gas. Cuando el final de la guerra se aproximaba, en enero de 1945, la llevaron a los campos de Venusberg y luego a Mauthausen, donde fue liberada por las tropas aliadas. Con 19 años, Flora decidió viajar a Israel, donde conoció a un carpintero llamado Jechiel Witz. Se casaron y el 25 de agosto de 1949 llegó Chaim, su único hijo.

 

El padre de Simmons los abandonó cuando él tenía seis años. El golpe le enseñó, desde pequeño, que debía salir adelante por sí mismo. Con sólo siete años comenzó a trabajar: recolectaba frutas silvestres y las vendía a la vera de una ruta. En ese momento, se prometió “demostrarme a mí mismo, a los demás y a mi padre que no lo necesitaba, así que una vez que lo demostré y me fue bien, quise mantenerme en mi orgullo y no moverme de ahí”. Su último recuerdo de Jechiel fue en lo alto de una escalera junto a una mujer rubia, de quien siempre pensó que era su amante. El músico jamás quiso volver a ver a su padre, que le dio cinco medio hermanos (uno por cada nuevo matrimonio que tuvo) y falleció el 6 de mayo de 2002, a los 80. Su última esposa tenía 35 años. A manera de epitafio, Simmons dijo: “Fue quien era hasta el final”.

El sueño americano

En 1958, Flora decidió emigrar y viajó con su hijo a los Estados Unidos. Se afincaron en Nueva York para estar cerca de unos parientes. Ninguno de los dos sabía hablar o escribir en inglés, y la mujer comenzó a trabajar en una especie de taller clandestino: “Seis días a la semana, sin pausas para comer y sin salario mínimo. Cosía botones en mil abrigos por día. Por cada botón cosido ganaba medio centavo”, recordaba Simmons. Desde siempre, el músico señaló que Flora era su heroína: “Me decía que nunca tuviera miedo al fracaso, ‘¿Qué es lo peor que puede pasar?’ Sacudirte el polvo e intentarlo otra vez. Así que nunca tuve miedo…” Le tenía tanto respeto que, asegura, jamás probó drogas ni alcohol en su vida. “Ella fue la mayor inspiración de mi vida. Vivió hasta los 93 años. Y nunca me sentí con derecho a romperle el corazón fumando, bebiendo, drogándome o poniendome en riesgo de ir a la cárcel”. Por supuesto, nunca fue un santo, pero las únicas adicciones públicas que reconoce son el dinero (lo sigue siendo) y el sexo.

El niño Gene podía hablar húngaro, yiddish, alemán y hasta algunas palabras de japonés, pero a los 9 años, en una ciudad inmensa como Nueva York, no poder comunicarse en inglés era un verdadero problema. Hasta que un día, en la tele, vio a “un tipo que volaba por el aire con una capa”. Empezó a leer cómics, uno tras otro, hasta que ayudado por los dibujos y el texto básico de los mismas, aprendió el idioma. Para alguien que cree que “La Biblia es una historia de superhéroes” y a los 13 años le envió una carta al mítico ilustrador de Marvel Stan Lee, es bastante lógico que hayan sido su escuela. “Era mucho más emocionante que los libros. La gente no habla como en la literatura, ni es así como se cantan las canciones. Los cómics me hicieron entender. Junto con el rock’n’roll fueron mis mejores maestros”. Muchos años después, cuando la fama de Kiss estaba en ascenso, al manager Bill Aucoin y al productor Sean Delaney se les ocurrió que los cuatro integrantes podían ser superhéroes de su propia historieta. Pero le agregaron un plus: volaron a Buffalo, Nueva York, donde estaba la imprenta de Marvel, y mezclaron su propia sangre con la tinta.

La revelación llegó para él en 1964, cuando en el Ed Sullivan Show se presentaron los Beatles. Eso es lo que deseaba para él. Quizás no tanto por la música, pero sí los aplausos. Y si los halagos provenían de las mujeres, mucho mejor. Convenció a su madre que le comprara una guitarra y le prometió que continuaría estudiando. También trabajaba como repartidor de diarios, lo que le reportaba tres dólares diarios y le brindó su primera alegría con las mujeres: el debut sexual. Según le contó al Sidney Morning Herald, “perdí mi virginidad a los 14 años, mientras entregaba periódicos en un día de invierno. Yo golpeaba a la puerta y luchaba contra la nieve cuando una ama de casa en sus veinte, atractiva y un poco borracha, me dijo que entrara. Se fue a cambiar y regresó en un negligé. Lo siguiente se lo pueden imaginar”.

Kiss

Un año más tarde se colgó una guitarra y formó su primera banda, llamada Long Island Sound. Pero faltaban unos años para que la música se transformara en su medio de vida. Así que apeló al plan B que le prometió a su madre. En 1970 se recibió como Licenciado en Educación en el Sullivan Community College, lo que le permitía ser maestro de primaria. Y mientras el rock lo despertaba por las noches, ganaba algunos dólares enseñando en una escuela del Harlem Español. La experiencia no duró demasiado. Según contó, lo que deseaba realmente era recibir atención y aplausos, pero no de 40 niños, sino de un estadio de 40 almas que coree su nombre. La otra, en el plano de la leyenda, dice que quiso replicar su propio método de aprendizaje y llevó un ejemplar de Spiderman para enseñar a sus alumnos. Al parecer, a los padres no les gustó y ahí se terminó Simmons como maestro de escuela. El siguiente trabajo tuvo un aura de glamour: fue corrector tipográfico de la revista Vogue. Y más adelante, mozo en un bar. Pero eran todas ocupaciones efímeras. Su deseo era triunfar en la música.

No pasó mucho tiempo para conocer a su media naranja artística. Paul Stanley aún era Stanley Eisen, un muchacho judío de Brooklyn tres años menor que él, que de niño había estado acomplejado por la falta del pabellón auditivo de su oreja derecha y se dejaba el pelo largo para taparla. Tocaba la guitarra, cantaba y estaba en busca de una banda. Una tarde fue a la casa de un amigo en el barrio de Washington Heights. Allí, por casualidad, estaba también Gene. Los presentaron y aunque Paul no se deslumbró por la canción que le mostró, comenzó una de las asociaciones más exitosas de la historia del rock.

La primera banda que formaron fue Wicked Lester. Allí, Simmons se colgó el bajo. Y desde el vamos impuso su impronta para el show business: era quien negociaba los locales donde tocar y el dinero que podían ganar, que por aquellos años era escaso. Consiguieron un contrato para grabar un disco en los famosos estudios Electric Lady, que habían pertenecido a Jimmy Hendrix. Pero antes de terminar, patearon el tablero. A Gene y a Paul no les gustaba la música que hacían. Echaron a los demás miembros de la banda y comenzaron a reclutar músicos. Primero se fijaron en un aviso en la revista Melody Maker. Allí, un baterista decía estar dispuesto a hacer lo que fuera para triunfar. Peter Criscuola (Peter Criss) fue el primero en arribar. Tocaron en algunos bares como trío, pero algo faltaba. Y llegó el guitarrista Ace Frehley, que dibujó el famoso logo de Kiss. El nombre llegó por inspiración de Stanley mientras iban en su coche, aunque bromeaban con la posibilidad de llamarse “Fuck!”, nombrar así su primer álbum, y llamar “You” al segundo.

Lo que sucedió con Kiss es historia conocida. Inspirados por el suceso que tenía New York Dolls, una banda protopunk que se travestía y maquillaba y el amor de Gene por las historietas, decidieron que cada uno encarnaría un personaje. Simmons, con su altura de 1,87 metro y su lengua de 13,5 centímetros (que generó el mito que se había injertado una lengua de vaca), no podía ser otro que el Demonio. El diseño de los maquillajes fue sugerido por Cinthia, la esposa del baterista Peter Criss.

Al principio, a la banda le costó triunfar con sus discos. Aun así, con su rock’n’roll básico y furioso, en vivo eran una sensación. De entrada decidieron hacer realidad la fórmula con que aún hoy, cincuenta años después de su primer álbum, abren los shows: “Ustedes quieren lo mejor, ustedes tendrán lo mejor. La banda más caliente del mundo: ¡Kiss!”. Mucha pirotecnia, juegos de luces, una batería que trepaba seis metros, humo que salía de las guitarras y las performances más esperadas de Gene Simmons: la sangre saliendo de su boca en el tema God of Thunder y el fuego que escupía en Firehouse, un truco circense que le produjo alguna que otra quemadura en el pelo y en la cara. Este año, después de medio siglo de rockear y luego de vender más de 100 millones de sus 44 discos, la banda encaró su última gira, que cerrará el 2 de diciembre en el Madison Square Garden de Nueva York. No será el fin de Kiss, sin embargo. Se especula con “bandas franquicias” que recorrerán el mundo, una película y otros negocios que, obviamente, seguirán engordando la billetera de Simmons. Según le anticipó en una entrevista en El País, además habrá “una serie de dibujos animados y mantendremos el complejo Kiss World en un hotel de Las Vegas”. Este contiene un museo, un campo de golf y una capilla para casamientos con el famoso logo de Kiss.

De cama en cama

En el backstage de cada show de la década del 70, el Demonio podía dar rienda suelta a una de las adicciones que reconoció: según contó alguna vez, tuvo sexo con 4.800 mujeres. Por supuesto, la mayor parte de sus amantes ocasionales fueron groupies y conejitas de Playboy. Quizás la más famosa fue Connie Hamzy, quien tuvo romances con muchos rockeros en la década del ‘70, incluido el compañero de banda de Simmons, Paul Stanley. También tuvo un affaire con Katey Sagal, la protagonista de la versión norteamericana de la serie Casados con hijos. Ella misma contó que tenía 20 años, era moza en un restaurante de Los Ángeles y comenzó a coquetear con Simmons, que no era tan famoso en ese momento. Como la actriz tenía una banda, la relación comenzó por el lado musical. Y terminó cuando ella quiso que el romance llegara al altar. Dicen que Simmons solo sonrió, se dio media vuelta y no regresó.

En 1979, mientras Kiss conquistaba el planeta con I was made for loving you, él hacía lo propio con Cher. La extraña pareja se conoció en una fiesta que daba Neil Bogart, el dueño del sello Casablanca para el que grababa Kiss. Ella venía de una temporada en el infierno con otro músico, Sonny Bono, y Simmons, a pesar de su apariencia, resultó un oasis. Fue, según él, “mi primer amor” y una pareja abierta mientras duró. Pero todo terminó en 1981, cuando Cher le pidió a su amiga Diana Ross que acompañara a Gene a comprarle un regalo de cumpleaños. Mala decisión: la cantante de música disco fue la siguiente conquista del bajista de Kiss. Pero, al parecer, nadie salió herido. “Siento un gran respeto por Diana Ross y Cher. Compartían mi forma de ver la vida, por eso nos llevábamos tan bien”, dijo Simmons. También se rumoreó un acercamiento a Liza Minelli, de quien fue representante durante cinco años.

Su leyenda de depredador fue siempre sostenida por él mismo más que por sus fanáticos, al contar que le gustaba tomar polaroids de cada una de las casi cinco mil mujeres con las que se había acostado. Tamaña colección terminó consumiéndose en una hoguera en el jardín de su casa cuando -ahora sí- se enamoró de una ex conejita de Playboy y actriz de películas soft porno canadiense llamada Shannon Tweed. Playmate del mes en noviembre de 1981, la exuberante rubia de 1,78 metros comenzó su carrera cinematográfica al año siguiente. Ambos se conocieron en 1983, durante una fiesta de pijamas en la mansión de Hugh Heffner. Según contaron en la biografía del músico que produjo A&E, él estaba con un pijama de seda y ella apenas cubierta por un hilo dental. Al principio se ignoraron, pero Shannon, a medida que pasaba la noche y los tragos, se le acercó y lo llevó a conocer la mansión.

A pesar de la reticencia de Simmons hacia el matrimonio, luego de 20 años y dos hijos (Nick, nacido en 1989, y Sophie, en 1992), en 2011, para la penúltima temporada del reality “Gene Simmons Family Jewels”, que A&E emitió entre el 2006 y el 2012, se casaron. En una oportunidad, habló en serio sobre su pasado de donjuán: “Sólo cuando conocí a mi mujer empecé a replantearme quién soy y por qué hago lo que hago con las mujeres, como herir sus sentimientos. Supongo que al ser hijo único y ver cómo mi padre nos abandonaba, pensé que no debía responder ante nadie”. Y poco después añadió: “No me casé hasta los 62 años. Era un imbécil y un egocéntrico hasta que Shannon me enderezó… Yo era arrogante, pero decidí madurar y casarme. ¡Y seguiré casado con ella hasta que me muera!”

Sin embargo, el pasado -y no tanto- regresó en forma de denuncias por acoso sexual. En 2017, la actriz de doblajes Mary McGlynn publicó un tuit en el que contó que en un estudio al que entró Simmons, le fue a dar la mano para saludarlo y él abrió su pantalón y le mostró el pene diciendo “esta es la máquina de diversión”. También se supo que llegó a un acuerdo privado con una periodista -de quien no trascendió el nombre-, quien lo acusó por tocarla sin su consentimiento.

Negocios

En el reality, Simmons pasaba gran parte de su tiempo en el escritorio de su mansión de Los Angeles, atiborrado por cada uno de los casi 4000 artículos que componen el catálogo del merchandising de Kiss, que los llevó a ganar alrededor de USD 500 millones a lo largo de su carrera. Allí hay desde ataúdes, preservativos, pinballs, maquillaje, ropa de cama y hasta papel higiénico. Lo único que no aceptaron fue promocionar cigarrillos y juguetes sexuales. Con el resto… hicieron caja.

A los 73 años, y luego de declarar que los fans mataron al rock al bajar música en forma gratuita, Simmons no piensa en la jubilación. Además de su propia banda solista, ya tiene plan B para continuar facturando. En la gran lista de sus empresas personales se encuentran los restaurantes Rock and Brews, un casino y resort en Oklahoma. También su productora de películas de terror Erebus, Motion, junto a su socio Gary Hamilton, con la que planea filmar 25 películas en cinco años. Y Siren, una empresa de bienes raíces, entre otros negocios. Como para reafirmar, una vez más, su idea del mundo: “El capitalismo es bueno, crea empleos para la gente. El comunismo, en cambio, no crea nada”

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Una mujer dona el útero a su hermana, el primer trasplante de este tipo en el Reino Unido

Una mujer recibió el útero de su hermana mayor, en lo que ha sido el primer trasplante de este tipo realizado en el Reino Unido, informan este miércoles los medios británicos.

La mujer, de 34 años, que prefirió mantener el anonimato, recibió al órgano de su hermana, de 40 años, el pasado febrero tras una operación que duró varias horas en el Hospital Churchill, de la ciudad de Oxford (en el centro de Inglaterra), y en la que participaron unos 20 médicos, según los detalles divulgados hoy.

 

La donante ya tiene formada su familia, con dos hijos, y estaba dispuesta a donar el útero a su hermana, mientras que la receptora ha almacenado embriones con el objetivo de someterse a un tratamiento de fertilidad a finales de este año.

La mujer que recibió el útero nació con la enfermedad de Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser (MRKH), un mal que afecta aproximadamente a una de cada 5.000 mujeres.

Las mujeres con esta enfermedad tienen el útero subdesarrollado o ausente.

La primera señal de este problema es cuando una adolescente no tiene períodos, pero sus ovarios están intactos y funcionan para producir óvulos y hormonas femeninas, lo que hace posible concebir mediante un tratamiento de fertilidad.

El cirujano ginecólogo Richard Smith, que encabezó el equipo de expertos a cargo de este procedimiento, dijo a los medios que esta operación ha sido “un gran éxito”.

“Fue increíble. Creo que fue probablemente la semana más estresante de mi carrera quirúrgica, pero también increíblemente positiva. La donante y la receptora están encantadas”, agregó.

“Estoy muy feliz de que tengamos una donante que ha vuelto completamente a la normalidad después de su gran operación y que a la receptora, después de su gran operación, le vaya muy bien con su terapia inmunosupresora y esté deseando tener un bebé.”, señaló.

La mujer deberá tomar medicamentos inmunosupresores para evitar que su cuerpo rechace el órgano donado. Se espera que el trasplante dure un máximo de cinco años antes de que se extraiga el útero. 

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La controvertida y sorprendente historia del síndrome de Estocolmo

Era el verano de 1973 y ella era una de los cuatro rehenes en el asalto del Kreditbanken, un banco de la plaza Norrmalmstorg de Estocolmo, perpetrado por Jan-Erik Olsson, un delincuente experto en abrir cajas de seguridad y en explosivos de 32 años.

En algún momento Olsson quiso demostrarle a la policía que estaba hablando en serio, así que escogió a Sven Safstrom, otro rehén, y le dijo “‘te voy a disparar en la pierna, pero voy a evitar los huesos, para no hacerte tanto daño”, le cuenta Kristin a la BBC.

 

En ese momento crucial, Kristin dijo algo extraño: “Sven, es sólo en la pierna”.

¿Por qué diría algo así? ¿Por qué se puso del lado de un peligroso criminal?

Probablemente crees tener la respuesta, una compuesta de dos palabras que se unieron tras ese evento hace casi medio siglo, pero cuando se trata del síndrome de Estocolmo, no todo es tan claro.

Volvamos al principio.

Era un día soleado cuando Kristin, quien entonces tenía 22 años y trabajaba como estenógrafa en el Kreditbanken, estaba terminando de escribir una carta.

“De repente, oí disparos y me tiré al piso. El asaltante se metió tras el escritorio y apuntándonos nos ordenó a mí y dos colegas que nos levantáramos”, le dijo Kristin a la BBC.

El robo se frustró cuando la policía llegó.

Pero Olsson, quien acababa de escaparse de la cárcel, tenía un plan: usar a los rehenes para huir del país.

El asaltador exigió dinero, un auto y que le trajeran al banco a un amigo que estaba cumpliendo una condena.

Su nombre era Clark Olofsson y al oírlo Kristin lo reconoció.

“Lo describían como ‘extremadamente peligroso'”.

Tenía 26 años y era uno de los criminales más famosos de Suecia. Robaba bancos, había estado vinculado al asesinato de un policía y ya se había escapado de la prisión dos veces.

Asombrosamente, los negociadores accedieron, trajeron a Olofsson y lo dejaron entrar al banco.

Además, les dieron el dinero y estacionaron un Ford Mustang azul con el tanque lleno de gasolina listo para que Olsson y Olofsson lo usaran pero le negaron una petición: permitir que se llevaran a algunos de los rehenes con ellos.

Los delincuentes metieron a los rehenes en la bóveda. De repente, un policía que había entrado pasando desapercibido cerró la puerta, dejando a los 4 rehenes junto con los 2 delincuentes atrapados.

Mientras las autoridades intentaban controlar la situación, adentro Olsson sentó a una de las rehenes frente a la puerta, le amarró una bomba a un pie y apagó las luces.

En la oscuridad, lo único que rompía el silencio era el sonido de Olsson mascando pastillas de cafeína.

Con el paso de las horas, se empezó a poner nervioso y decidió que tenía que demostrarle a la policía que estaba hablando en serio. Fue entonces que se le ocurrió dispararle a Sven en la pierna.

Y fue entonces que Kristin empezó a comportarse de esa extraña manera que sería detallada y debatida durante los siguientes 50 años.

“A mí realmente me avergüenza lo que dije. No soy así. Me tomó como 10 años hablar del tema”.

Los otros trataron de convencer a Olsson de que no era buena idea, que no iba a conseguir nada hiriendo a Sven.

Kristin tuvo otra idea peculiar: llamó al primer ministro de Suecia Olof Palme.

Se identificó con su nombre y como uno de los rehenes del banco. “La secretaria me dijo que esperara un momento y luego él habló”.

Si una conversación entre un rehén y un primer ministro te parece rara, el mundo más tarde se asombraría más de lo que ella le dijo. Habló con calidez de sus captores y dijo que confiaba en ellos más que en la policía.

En la grabación de la conversación, se oye a Kristin diciendo que está “muy decepcionada” con él.

El primer ministro estaba estupefacto, sonaba hasta ofendido.

“Intenté de todas las maneras posibles de convencerlo de que dejara que dos de nosotros fuéramos con Olsson y Olofsson en el auto”, le cuenta a la BBC.

Palme le respondió que era imposible, que le dijera a los delincuentes que entregaran sus armas; ella le dijo que no lo harían. Esta conversación se repitió varias veces hasta que el primer ministro, exasperado, dijo algo que fue borrado de la grabación de esa conversación: “Pues bien, entonces quizás usted tendrá que morir”.

Desesperada, Kristin colgó.

El sitio continuó por seis días más. Eventualmente, la policía tomó el banco y, con sus armas listas, le gritaron a los rehenes que salieran primero.

“Jan nos dijo: ‘si salen antes, nos van a matar’. Así que les dijimos: ‘salgan ustedes primero'”, recuerda Kristin. Los rehenes estaban protegiendo a quienes los habían tenido secuestrados y amenazado sus vidas.

Los delincuentes salieron primero, se detuvieron en la puerta para despedirse de los rehenes -besos para las mujeres y un apretón de manos con Sven-. Cuando Kristin salió, trató de evitar que la acostaran en una camilla; parecía más enojada con la policía que con los criminales.

Unos días más tarde, el negociador principal, el psiquiatra Nils Bejerot, le explicó al mundo por qué Kristin había actuado de esa manera. La causa de su conducta irracional, aseguró, era un síndrome psiquiátrico al que llamó Norrmalmstorg.

Así nació el síndrome de Estocolmo, que adoptó el nombre de la ciudad, no de la plaza sueca.

“Cuando una persona normal es secuestrada por un delincuente que tiene el poder de matarla, en cuestión de horas, el rehén tiene una especie de regresión a emociones infantiles: no puede comer, hablar, ir al baño sin permiso. Hacerlo es un riesgo, así que acepta que su captor es quien le da la vida, como lo hizo su madre”, explicaba después el psiquiatra Frank Ochberg, quien definió el síndrome para el FBI y Scotland Yard en la década de 1970.

Y, en 1974, Patty Hearst, la heredera de la fortuna una familia dueña de un periódico californiano, fue secuestrada por militantes revolucionarios. Tras meses en cautiverio, se unió a ellos en un robo. Finalmente fue capturada y en el juicio, sus abogados usaron el síndrome de Estocolmo para defenderla.

El síndrome se popularizó y desde entonces ha reverberado en las ciencias sociales, no siempre para bien.

“Kristin es una de las mujeres más famosas y menos comprendidas de la psicología”, declaró el psicólogo Allan Wade, terapeuta e investigador enfocado en problemas de violencia, en conversación con la BBC.

“El síndrome de Estocolmo forma parte de la familia de conceptos usados para representar personas violadas y oprimidas”.

Y tiene raíces anteriores al caso de Suecia.

“Básicamente viene de varias líneas de pensamiento combinadas por Ana Freud en su artículo de 1940 sobre la identificación con el agresor”, señala Wade.

Sigmund Freud trabajó con niños abusados y Ana, su hija y fundadora del psicoanálisis infantil, llegó a la conclusión de que un niño tratado violentamente internalizaba esa violencia y simpatizaba con el agresor. Para ella, se trataba de un mecanismo de defensa.

“La idea psicoanalítica era que cuando la gente está abrumada por el miedo, inconscientemente regresa a una etapa infantil y se empieza a identificar con el agresor, pues es quien les da vida. Ideas relacionadas con estas pueden encontrarse en algunas formas de pensamiento marxista para explicar la razón por la que el proletariado no se levanta contra sus opresores”.

En todos esos casos, son las víctimas las que están actuando irracionalmente en contra de sus intereses.

La versión remozada de estas teorías, el síndrome de Estocolmo, se filtró en aún más campos.

En la década de 1990 se convirtió en una forma de explicar la conducta no sólo de rehenes o el proletariado, sino de las víctimas de abuso doméstico, que no quieren o pueden dejar a sus agresores.

Algo que ha sido vehementemente rechazado.

“Para quienes no entendían por qué una mujer no actuaba como pensaban que debería hacerlo y tenían una comprensión muy limitada sobre el abuso doméstico, fue una manera fácil de explicar una situación increíblemente compleja que puede tener múltiples y calidoscópicas razones”, dice Jess Hill, autora del premiado libro “Mira lo que me hiciste hacer”.

“En una relación íntima, que es muy distinta a una situación de secuestro con un extraño, la idea del síndrome de Estocolmo es absurda. Hay principios de apego en juego. Está el hecho de que el momento de la partida es el más peligroso. Usualmente dependen económicamente de sus agresores… hay mucha gimnasia mental que a menudo resulta en que las mujeres concluyen que no tienen otra opción más que quedarse”, opina Hill.

¿Debería entonces evocarse síndrome de Estocolmo sólo al tratarse de secuestrados por delincuentes?

Ni siquiera, alegan muchos.

Volvamos al verano de 1973 en ese banco sueco.

¿Hay otra manera de interpretar la historia de Kristin Ehnmark?

“Las opciones de la policía eran básicamente ‘salgan o entraremos a atraparlos’, y eso, por supuesto, llevaba a consecuencias trágicas: la posible muerte de perpetradores, policías y rehenes”, le explicó a la BBC Gary Noesner, exjefe de la Unidad de Negociadores del FBI.

Un estudio publicado dos años después del incidente en Estocolmo estimó el riesgo de muerte de rehenes en un enfrentamiento con la policía en un 79%.

Hay que tener en cuenta que, como señala Kristin, los rehenes estaban supremamente atemorizados.

“No dormíamos. No sabíamos qué iba a hacer la policía. Todo el tiempo trataban de acercarse. Pensé que quizás terminarían haciendo algo que me afectaría, porque los ladrones se estaban poniendo nerviosos”.

El segundo día del secuestro en el banco, el psicólogo Bejorot tuvo la idea de traer al hermano de Olsson, quien entró al banco gritando “No disparen”. Olsson abrió fuego. Resulta que no era su hermano. Cada vez que la policía intervenía, aumentaba el riesgo para los rehenes.

“No es raro que los rehenes sientan que la policía es un peligro: si empiezan a disparar, ¿van a morir en el fuego cruzado?”, señala Noesner.

Cuando había pasado casi una semana, el gobierno estaba bajo presión.

“Ese fue el momento en el que taladraron el techo y echaron gas”, cuenta Kristin. El plan era dormirlos a todos en la bóveda, entrar y liberar a los rehenes.

“Jan nos dijo que si estaban usando gas, íbamos a sufrir daños cerebrales y como él no quería que eso pasara, nos iba a matar”. Les puso sogas en el cuello. “Pensé que había llegado mi fin”.

La vida de los rehenes pendía de un hilo.

Olsson y Olofsson se rindieron; Kristin y los otros rehenes sobrevivieron. Pero la policía los había encerrado en una bóveda, les había echado gas mientras tenían una soga en el cuello, hasta el primer ministro había dicho que quizás tendrían que morir.

Sin embargo, debido a la forma en la que Kristin se comportó durante el episodio fue etiquetada con un desorden psiquiátrico. Y quien lo hizo fue Bejerot, el responsable de todas las decisiones que produjeron pánico entre los rehenes.

“La quisieron sacar en una camilla y cuando le preguntaron si criticaba las acciones de la policía, ella respondió ‘sí, fue peligroso’. La siguiente persona que entrevistaron fue quien se debió haber sentido criticado, y él básicamente dijo: ‘no pueden tomarla en serio, tiene síndrome de Estocolmo'”, subraya Wade.

“Para mí, fue una manera de desestimar lo que hizo para resistir, preservar su dignidad y proteger a los otros rehenes”.

Lo increíble fue que nadie se molestó en preguntarle a Kristin su opinión.

“Ninguno de los expertos mundiales en síndrome de Estocolmo que ganaron mucho dinero hablando del tema jamás conversaron con ella. Hablaron sobre ella, sin ella, en vez de darle voz para que articulara su propia experiencia”, apunta Wade.

“Siempre sentí que había hecho algo malo”, le dice Kristin a la BBC.

“Kristin me dijo que hubiera querido que alguien la hubiera abrazado por un rato muy, muy largo. Eso no sucedió. Le asignaron una patología sin respetar la ética y hablar con ella”, denuncia Wade.

En vez de ver la situación desde la perspectiva de las víctimas, se asumió como parcialmente su error. El poder estuvo en manos de quienes determinan las explicaciones.

Y, curiosamente, incluso expertos como el abanderado del síndrome, Frank Ochberg, aceptó que los casos de síndrome de Estocolmo son raros.

De hecho, no existen criterios de diagnóstico ampliamente aceptados para identificar el síndrome, y no se encuentra en ninguno de los dos manuales psiquiátricos principales, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) y la Clasificación Internacional y Estadística de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE).

Para Kristin Ehnmark, “es mierda, si eso se puede decir en la BBC”.

“Yo hice lo que pude para sobrevivir”.

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Mauricio “Patato” Méndez, el entrevistado en el Pódcast de Los Tiempos Leer más »

Unitepc en Cochabamba inicia la construcción del campus Dr. Félix Zambrana

Con el colocado de la piedra fundamental, la Universidad Técnica Privada Cosmos (Unitepc) inició este lunes la construcción de un moderno campus universitario que lleva el nombre del doctor Félix Zambrana. La moderna e imponente infraestructura será edificada en el lapso de dos años, en el kilómetro 5 de la avenida Blanco Galindo.

De acuerdo con el rector de la Unitepc, Eduardo Mancilla, el nuevo campus universitario albergará a nueve carreras del área de la salud, como son: Medicina y Licenciatura en Enfermería, ambas acreditadas al Mercosur; además de Odontología y Veterinaria y Zootécnica que también están en proceso de acreditación al Mercosur.

 

Asimismo, las carreras de Bioquímica y Farmacia, Nutrición y Dietética, Fisioterapia y Kinesiología, Fonoaudiología y la carrera a nivel técnico superior de Prótesis Dental tendrán su espacio en la nueva infraestructura.

“Este campus va contar con dos plantas específicas para el instituto de simulación médico quirúrgico, el cual, va permitiré a los estudiantes desarrollar practicas desde los primeros semestres, vamos a contar con la sala de habilidades y la sala de anatomía para los primeros semestres; y para los semestres superiores, estarán los laboratorios de cardiología, rehabilitación, reanimación, quirófanos de última generación y laparoscopia”, explicó.     

Mientras el vicerrector de la Unitepc, Ramiro Angulo, aseguró que la Unitepc se consolidó como una de las universidades más grandes del país. “Actualmente, estamos con ocho subsedes en cinco departamentos, y estamos comprometidos con la calidad educativa. Por ese motivo, con frecuencia buscamos la certificación de calidad, en este caso del Mercosur”, añadió.

Datos

Según el arquitecto Carlos Maldonado, el edificio cuenta con 13 plantas, cada planta tiene 1.000 metros cuadrados y se tendrá 13 mil metros cuadrados construidos. Consta de 150 aulas, 26 baterías de baños, 20 laboratorios con innovación tecnológica para las diferentes asignaturas, además de laboratorios de computación y simulación.

“Va a contar con instalaciones de domótica y sistemas inteligente además de cuatro ascensores. La inversión supera los 30 millones de bolivianos y su construcción demorará 24 meses”, detalló Maldonado

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First Global Bolivia Vallunos optimizan sus proyectos para el torneo

Los representantes cochabambinos para la sexta versión del First Global Bolivia trabajan en la optimización de sus proyectos con la finalidad de obtener el pase al  First Global Challenge, que se celebrará en octubre en Singapur.

Del torneo nacional selectivo de robótica, que se desarrollará el 2 y 3 de septiembre, emergerán el par de representantes del país para el certamen ecuménico.

 

Karen Orellana, del Tecnológico Humanístico José Ambrosini de Toco, se erigió como la mejor en el certamen departamental en la categoría inventores disruptivos, por lo que concurrirá a la competición nacional para exhibir su robot recolector de basura.

Mientras la aiquileña Lizet Sánchez le hace algunas innovaciones a su recicladora con el propósito de conseguir el pase al mundial de robótica.

En tanto, sus coterráneas Camila Malverde, Royer Escalera y Rudier Herbas ponen a punto su Safabot 3 para competir en el certamen.

La armada cochabambina se completa con los estudiantes del Tecnológico Humanístico Boliviano Evo Morales Ayma de la población de Punata, quienes crearon al robot Thema para ganar el concurso. Liz Arias, Franco Fuentes y Jennyfer Churqui integran el team.

 

OPINION

“Le estoy dando otra función a mi robot”

“Estoy aportando con toda mi capacidad para ganar el torneo”

Karen Orellana

Estudiante Toco

 

“La habilidad y estrategia es fundamental” 

“Nuestros equipos tienen posibilidades”

Víctor Hugo Fernández

Tutor Toco y Punata

 

“Estamos haciendo más lindo nuestro robot”

“Nos preparamos psicológicamente y científicamente”

 

María Liz Arias

Estudiante Punata

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El grupo 100% Surimana lanza la Morenada del Estudiante dedicada a la Unitepc

Ante la mirada de la Virgen de Urkupiña, en el atrio del templo San Ildefonso, en Quillacollo, el grupo femenino 100% Surimana realizó este viernes el lanzamiento de la Morenada del Estudiante, una composición de Ros Mery Arias Quiroga dedicada a la comunidad estudiantil de la Universidad Técnica Privada Cosmos (Unitepc).

La presentación de la canción se hizo con la participación de Esther Marisol González, destacada artista chaqueña. Según Ros Mery, es la segunda Morenada que le compone a la Unitepc.

“La primera canción titula Morenada Unitepc y hoy en día es usada como un himno y eso es una alegría para mí. Por ese motivo, ahora estamos presentando la segunda composición titulada la Morenada del Estudiante”, explicó la cantautora quillacolleña y directora del grupo 100% Surimana.

Asimismo, señaló que la letra refleja la lucha permanente de los jóvenes por salir adelante. “Quiero festejar en mi graduación, con pasos sin igual, yo voy a disfrutar. Nací para triunfar, siempre para vencer, contribuyendo así a mi progreso”, dice una parte de la letra, acotó.

Por su parte, Mónica Rodríguez Herrera, encargada de la Dirección de Bienestar Institucional y Protocolo de la Unitepc, aseguró que decidieron compartir el regalo que recibieron en el templo de la Virgen de Urkupiña.

“El video de esta morenada se firmó en dos locaciones, en Corani  (Cochabambina) y en Copacabana (La Paz), y los protagonistas fueron los bailarines de la Morenada Unitep, fraternidad que fue fundada en 2016”, detalló  Rodríguez.

Tanto el recto de la Unitep, Eduardo Mancilla Heredia, como el personal administrativo y los estudiantes, ademas de los devotos de la virgen y seguidores del grupo Surimana, y Esther Marisol fueron parte de la  presentación de la Morenada del Estudiante.

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El anticucho es el mejor platillo de Bolivia, según TasteAtlas

El TasteAtlas, es una publicación de alimentos y bebidas con gran aceptación a nivel mundial, seleccionó al anticucho como uno de los platos más ricos de la gastronomía boliviana y lo nombró como el mejor platillo del país. Dicha determinación cuaso revuelo en Perú porque atribuyen que este plato es de origen peruano.

TasteAtlas realizó un ranking de los mejores platos de la gastronomía boliviana y destacó el anticucho, el picante de pollo y el lechón al horno. Los calificadores reconocieron que el anticucho es de origen peruano, pero realzaron la versión que uso Bolivia.

“El anticucho es un plato hecho a base de carne que consiste en pequeñas piezas de carne a la parrilla y en brochetas. La variedad más popular, los anticuchos de corazón, se hacen con corazón de res. De origen peruano, el plato ganó popularidad rápidamente en Sudamérica y en Centroamérica”, describe Taste Atlas.

TasteAtlas le dio 4,4 estrellas al anticucho, esa buena calificación hizo que el platillo figure en varios tops del portal gastronómico. Es número 1 en las listas como “Los mejores platos bolivianos”, “Los mejores platos callejeros bolivianos”.

TasteAtlas es responsable de haber catalogado más de 10 mil platos e ingredientes de todo el mundo.

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